Los flujos logísticos de una empresa son una parte fundamental del funcionamiento de la misma. Tener una buena gestión de los flujos logísticos internos es una ardua tarea que debe estar muy bien controlada. En muchas ocasiones, de una correcta gestión depende la satisfacción de nuestro cliente.
Para tener una buena gestión, también hablamos de tener unos flujos logísticos al mínimo coste posible y con la máxima coordinación entre los recursos humanos y automatizaciones.
Algunos de los grandes beneficios de una gestión adecuada residen en:
- El aumento de la productividad en nuestra planta
- Más eficiencia de los operarios, trabajan más ordenados, más a gusto y con la ayuda de la automatización
- Más control sobre las piezas, saber cuántas hay y dónde están en cada momento de su proceso en la planta
- Fideliza al cliente gracias a una entrega a tiempo y de calidad
- Reduce los costes gracias a la corrección de errores rápidamente y que afecten lo menos posible a la operabilidad de la planta
Por eso es importantísimo que prestemos especial atención a cómo queremos que se realice el almacenaje y el transporte de piezas para enlazar los diferentes procesos productivos e incluso el transporte a destino y los puestos de consumo final.
Entonces, ¿cómo lograr una correcta gestión de los flujos logísticos?
Lo ideal es buscar sistemas de logística interna que tengan las siguientes características:
- Sistemas estandarizados e industrializados, que den confianza y de primera calidad
- Robustos, modulares y reconfigurables, que se adapten a tu planta de la mejor manera posible.
- Con una muy fácil instalación y con un muy bajo mantenimiento. La producción no se puede parar, así que el sistema se debe adaptar a ti.
- Escalable. Nunca sabes qué pasará en el futuro. Asegúrate de que el sistema se pueda ampliar en cualquier momento, añadiendo puestos de trabajo, almacenes, acumulaciones de piezas, desvíos, carros de transporte…